Desde que se implantó el estado de alarma en España por la pandemia del Covid-19 a mediados del mes de marzo, el Plan Nacional Integral de Energía y Clima (PNIEC), se ha transformado en la base y sustentación principal del plan de reactivación económico planteado por nuestro país.
Fue remitido a Bruselas el 31 de marzo y contempla la inversión de más de 240.000 millones de euros, de los que solo el 20% son de procedencia pública, además de la generación de unos 300.000 puestos de trabajo estimados hasta 2.030.
La propuesta que se envió se encontraba en una fase de “consulta pública” del Estudio Ambiental Estratégico (EAE) con la finalidad de que fuera modificado y, en caso de ser conveniente, volver a ser remitido a Bruselas con las oportunas rectificaciones tras haber sido evaluado ambientalmente y haberse analizado las consultas registradas.
Sobre la Inversión de Capital del PNIEC
El plan incluye las líneas generales y la inversión de capital prevista para descarbonizar la economía española. En él se eleva en un 2% (hasta el 23%) el nivel de disminución de los gases perjudiciales para la capa de ozono, con respecto a la década de los 90. Sin embargo, alcanzar dichos objetivos requiere de la aplicación de un pretencioso planteamiento de financiación.
Está prevista la inversión de más de 240.000 millones hasta 2.030 destinadas a:
- La promoción del crecimiento de las energías renovables.
- La disposición de medidas de ahorro y rentabilidad
- La electrificación y mejora de las redes de distribución eléctricas.
De este importe, frente al 80% privado, solo se incluye un 20% público que incorpora capital europeo cuyo fin es la incorporación de inversores privados con medidas principalmente vinculadas a la incentivación del ahorro, el rendimiento energético y los medios de transporte no contaminante.
Efectos positivos de la aplicación del PNIEC
En base a las estimaciones de las autoridades competentes, se prevé que el PNIEC permita un aumento de un 1,8% del PIB a finales de 2.030. El número de puestos de trabajo netos creados ascenderá a una cifra en torno a los 300.000 (entre 250.000 y 350.000 empleos). Es decir, esto supone un crecimiento de un 1,7% en comparación con un escenario económico sin la aplicación del Plan, que podría ser incluso más alto después del perjuicio sufrido por la crisis del Covid-19 en el tejido empresarial.
El PNIEC, junto al descenso en un 2% de las emisiones contaminantes, conseguiría que el porcentaje total de energía final utilizada procedente de fuentes limpias llegara a la cifra del 42%, ascendiendo a casi el 75% del total de la electricidad producida.
Se generarán cerca de sesenta nuevos gigavatios de energía renovable, de los que un 66,3% será fotovoltaica, un 37,8% eólica y un 8,5% solar termoeléctrica. El resto provendrá de plantas hidráulicas y de biomasa.
Estas cifras beneficiarán a España que dejará de depender tanto, desde el punto de vista energético, de países de su entorno pasando a bajar dicha dependencia de un 74% en 2.017, a poco más del 60% en 2.030.
Según los responsables del Ministerio para la Transición Ecológica, las circunstancias actuales requieren un esfuerzo importante por parte de todos con el fin de lograr recuperar la economía progresivamente. Evidentemente, para ello es necesario preparar oportunidades de negocio, entre las que se encuentran las energías renovables, identificando las actividades que tienen mayor potencial y requieren de menores costes, incentivando la inversión.
Si le interesa invertir en energía solar fotovoltaica, pero necesita que una empresa con solvencia y experiencia le asesore, contacte con nosotros. En aBalados somos especialistas en Gestión Integral de Activos (Asset Management) y O&M.